La cantante habló sobre su divorcio y cómo sufrió tras 12 años de casada, para finalmente encontrar el amor nuevamente.
Gwen Stefani, una de las figuras más importantes de la música de los 2000, vivió uno de los sueños más deseados durante los primeros años de la década del milenio: era cantante, exitosas y estaba casada con un rockero.
La exestrella de No Doubt se casó con Gavin Rossdale con quien procreó tres hijos. Sin embargo, el sueño se desvaneció tras la revelación de infidelidades y engaños por parte de él, tras conocerse que tenía una hija en secreto y que había engañado a la cantante con la niñera. Lo que terminó con el divorcio.
Sin embargo, la cantante encontró nuevamente el amor con Blake Shelton, su compañero en “The Voice”.
En una reciente entrevista al medio británico The Guardian, la artista ha abierto su corazón para encontrar el amor nuevamente.
“Conocer a mi esposo se sintió como una segunda oportunidad en la vida, porque cuando mi familia se desintegró, fue una catástrofe”. “¿Cómo te recuperas de eso? Pero Dios puso a esta otra persona allí para amarme”, dijo.
“Sé que esto suena extraño, pero Blake y yo nos unimos en la jardinería. Tenemos una casa juntos en Oklahoma y, durante la pandemia, nos topamos con este edificio muy antiguo en el terreno, y había algunos lirios morados, que alguien debe haber plantado hace siglos, pero han sobrevivido”, detalló.
Precisamente, esta experiencia motivó la creación de uno de sus grandes temas: “Escribí la canción ‘Purple Irises’ sobre eso y cómo se siente encontrar el amor verdadero y las inseguridades de no querer perderlo”.
Gwen Stefani soñaba con casarse
En una entrevista a la revista People, Gwen Stefani reveló que uno de sus grandes sueños era casarse, y luego de su divorcio tras 12 años de casada se sintió “aplastada”.
“Ese sueño quedó completamente arruinado, quedó destrozado, y tuve que pensar cómo iba a seguir adelante y hacer realidad un nuevo sueño, y que Dios pusiera a Blake en mi vida fue precisamente ese milagro”, aseguró.
La estrella además confesó que su divorcio era aún más doloroso porque esperaba imitar la historia de amor de sus padres. “Especialmente por haber crecido con este ejemplo perfecto de amor entre mis padres. Se conocieron tenían cuando 15 años, se enamoraron, nos tuvieron a nosotros y nos hicieron sentir como si fuéramos todo para ellos”, dijo.
“Y cuando tienes una familia y es lo contrario, se desintegra… No sabía qué hacer ni cómo proteger a mis hijos. Y todavía estoy trabajando en eso”, sentenció.