Una madre y su hijo se han convertido en el tema de conversación en redes sociales tras revelar en una entrevista que colaboran en la creación de contenido para OnlyFans. Aunque ambos aseguran que lo ven como un empleo más, la historia ha desatado un debate sobre los límites de la intimidad y los valores familiares.
Andressa Urach y su hijo Arthur: la dupla más controvertida de OnlyFans
Crear contenido íntimo para redes sociales como OnlyFans se ha normalizado para muchas personas, quienes ven en ello una forma de generar ingresos considerables. Sin embargo, la historia de la brasileña Andressa Urach y su hijo Arthur ha llamado la atención por el peculiar giro que han dado a esta dinámica laboral: mientras ella protagoniza el contenido, él es quien lo graba.
En una entrevista para un medio local, Arthur, de 19 años, explicó cómo funciona su colaboración con su madre:
“Lo veo como un trabajo. Le doy recomendaciones sobre qué posiciones tomar, dónde le favorece más la luz, etcétera. No siento ningún tipo de excitación porque es mi madre. No me siento atraído por ella, así que nunca me ha pasado”, aseguró.
Aun así, Arthur confesó que algunas escenas han sido difíciles de manejar:
“Algunas escenas con varios hombres fueron repugnantes. Mi madre siempre dice que su trabajo es repugnante.”
De acuerdo con la entrevista, Andressa y Arthur tienen un acuerdo económico en el que él recibe el 10% de las ganancias generadas en la plataforma. La suscripción a la cuenta de Andressa cuesta $50 dólares, y juntos reportan ganar miles de dólares mensualmente.
“Es una persona increíble, una compañera. Hacemos todo juntos. Admiro mucho a mi madre, hoy mucho más que antes. Es una gran madre. Tengo suerte de tener la madre que tengo”, comentó Arthur en un momento que dividió opiniones.
El debate ético: ¿libertad o límites?
La colaboración de madre e hijo ha generado una ola de comentarios tanto a favor como en contra. Por un lado, algunos defienden su derecho a decidir cómo trabajar, apelando a la autonomía y la libertad individual. Por otro lado, las críticas no se han hecho esperar, con personas cuestionando los límites éticos y morales de mezclar lazos familiares con contenido de índole sexual.
Los detractores han señalado los posibles efectos psicológicos y traumas que este tipo de relación laboral podría generar en ambos, especialmente en Arthur, quien apenas tiene 19 años.
¿Es solo un negocio o un ejemplo de lo que algunos consideran una línea ética que no debería cruzarse? La historia de Andressa y Arthur abre una discusión sobre la libertad de elección y los límites que deben existir, incluso en el trabajo más lucrativo.
