El caso de Carlos Alberto Vargas Prado ha suscitado una gran preocupación en las redes sociales, similar al escándalo que involucró a Marilyn Cote. Vargas Prado se presenta como un experto en diversas áreas de la salud mental, pero las denuncias sugieren que su formación académica no respalda completamente los títulos que utiliza.

De acuerdo con  el perfil compartido por la cuenta Charlatanes Médicos en X, Carlos Alberto Vargas Prado es un individuo que se presenta como psicólogo, psicoanalista, perito y terapeuta, sin embargo, la cuenta afirma que sus afirmaciones carecen de la debida validación en varias de estas áreas.

Aunque tiene una licenciatura en psicología, no hay evidencia de que haya estudiado psicoanálisis o que posea los conocimientos necesarios para desempeñarse como perito en salud mental, ya que en el Registro Nacional de Profesionales, se le ve una cédula de licenciatura en Psicología, licenciatura en Ciencias de la Comunicación y una maestría en docencia.

Además de estas inconsistencias académicas, la denuncia cobra mayor relevancia debido a una acusación preocupante: Carlos Alberto Vargas Prado sería paciente del Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino Álvarez, lo que, según la cuenta Charlatanes Médicos, le permitiría adquirir conocimientos sobre medicamentos psiquiátricos, los cuales presuntamente estaría recetando a personas sin contar con la formación ni autorización necesarias para hacerlo.

Vargas ha sido acusado de plagio

A pesar de sus limitaciones en cuanto a formación, Vargas Prado ha manifestado su intención de impartir cursos relacionados con el psicoanálisis y el peritaje. Un aspecto que ha generado controversia en torno a su figura es una denuncia presentada por el Colectivo Ananké en 2018, que lo acusó de plagiar textos y artículos de otros investigadores en el campo de la salud mental.

Hasta ahora, las autoridades sanitarias mexicanas no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso de Carlos Alberto Vargas Prado, esto ha llevado a muchos a cuestionar la regulación de los profesionales de la salud mental en el país, así como la efectividad de plataformas como Doctoralia, que permiten a personas sin las credenciales necesarias promocionar sus servicios.