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El túnel de las luciérnagas, donde la bioluminiscencia roza lo sublime

Las vías del tren en desuso conducen a un pasadizo abandonado, un tesoro en medio de los follajes de la naturaleza que se ha convertido en el hogar de miles de luciérnagas que alumbran el techo como si de constelaciones electrizantes se tratase, así es el túnel de las luciérnagas.

Llamado oficialmente como Túnel Metropolitano, se trata de un pasaje ferroviario subterráneo construido el siglo antepasado durante 1880 en Helensburgh, Australia. No obstante, su uso poco duró ya que las condiciones de viaje se complicaron cada vez más. A causa de las emisiones de los trenes, el túnel terminó lleno de hollín y humo, cosa que lo convirtió en un lugar inseguro para las tripulaciones debido a la intensa oscuridad al atravesar el pasadizo.

Por esta razón fue clausurado en 1915, tan sólo 32 años después de haber sido inaugurado. Las autoridades decidieron convertirlo en un depósito, así que clausuraron una de las entradas del pasadizo, limitando todavía más la fuente de luz del día. Por años estuvo abandonado, lleno de escombros acumulados sin que nadie perturbara la inmensa oscuridad del lugar.

Túnel de las luciérnagas

La naturaleza entonces comenzó a reclamar lo que le pertenecía, en un entorno lleno de humedad debido a las intensas lluvias y al clima de Helensburgh, poco a poco los musgos verdes comenzaron a crecer por las paredes del túnel. No se sabe exactamente cuánto tardo el proceso, pero lo cierto es que de pronto el sitio se convirtió en un santuario ecológico.

tunel de las luciernagas
Crédito: Daniel Munro

El depósito y los escombros fueron limpiados en 1995, pero ya había transcurrido el tiempo necesario para que las luciérnagas se anidaran en su techo y comenzaran a brillar como estrellas electrizantes en la cúpula nocturna. Este hecho le valió el nombre de Túnel de las luciérnagas, pues al asomarse al pasadizo ahora secreto detrás del follaje de la exuberante flora que se instaló en el lugar, lo primero que puede observar es un techo recubierto de bioluminiscencia de color azul eléctrico producido por las luciérnagas que habitan en el húmedo pasaje.

tunel de las luciernagas
Crédito: Daniel Munro

Se trata de una de las colonias más grandes de luciérnagas de Nueva Gales del Sur en Australia, que se mudaron al ahora santuario gracias a que ahí nada podía perturbar su tranquilidad. Esta clase de insectos dependen de la completa oscuridad para comunicarse unos con otros. Activan su brillo sincrónico y logran un nivel de comunicación tal, que actúan como un ente gigantesco con mente de colmena. Se ha comprobado que la contaminación lumínica perturba en gran medida sus comunicaciones de la que dependen intrínsecamente para reproducirse.

tunel de las luciernagas
Crédito: Daniel Munro

Actualmente el túnel se inunda con bastante frecuencia y en los días en que el nivel del agua es particularmente alto, aquellos que desean ver el brillo de las luciérnagas, atraviesan la cascada de agua que se forma en su única entrada debido a las intensas lluvias. Usando flotadores o encima de canoas inflables, reman hasta la profundidad del túnel de las luciérnagas, para ver uno de los espectáculos naturales más asombrosos en la oscuridad, la bioluminiscencia de los pequeños insectos.

tunel de las luciernagas
Crédito: Iann Williams
tunel de las luciernagas
Crédito: Daniel Munro

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